jueves, 11 de abril de 2013

Leyendas de Jaén


Monumento al lagarto en la fuente de la Malena
  En Jaén, en el antiguo barrio de la Magdalena, frente a la iglesia, existe un manantial que antiguamente daba un chorro de agua del mismo grosor que el cuerpo de un buey. Este manantial era tan famoso que mucha gente acudía para verlo, incluso de lugares lejanos. Es tradición que en el manantial de la Magdalena tenía su guarida un reptil gigantesco, el lagarto de la Magdalena.
El lagarto de la Magdalena era tan voraz que no sólo devoraba a todo incauto que se acercara a la fuente, sino que salía a los caminos y destrozaba los rebaños.
Un día en que los habitantes de Jaén estaban desesperados y no sabían qué hacer para escapar del monstruo, un condenado a muerte que esperaba el cumplimiento de la sentencia se ofreció a enfrentarse con el lagarto si, a cambio, le perdonaban la vida.
Las autoridades accedieron y el preso solicitó un caballo, un cordero y un haz de yesca. Pertrechado con estos elementos, el condenado se acercó al manantial y cuando el lagarto se lanzó contra él, picó espuelas y se alejó a galope perseguido por el saurio. En la huida le arrojó lo que parecía un cordero ensangrentado, que el monstruo tragó de un solo bocado. En realidad era la piel del cordero rellena de yesca encendida.
La combustión de la yesca abrasó las entrañas del animal, que estalló con un estampido formidable. De aquí procede la maldición: «Así revientes como el lagarto de Jaén», o «como el lagarto de la Malena»


Puedes escuchar otra leyenda tradicional vinculada a la ciudad de Jaén en este vídeo.

 

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